jueves, 5 de enero de 2012

La Puntualidad, algo Serio y Preocupante

   Una antigua profesora de secundaria nos decía constantemente en la primera oportunidad que encontraba: “La hora es la hora, antes de la hora no es la hora y después de la hora no es la hora”. Estamos tan habituados a ser impuntuales que se culturizó la famosa hora paraguaya, tema abordado por el escritor paraguayo Aníbal Romero Sanabria.
    En cierta ocasión me tocó asistir a una recepción ofrecida en el consulado japonés, donde me sorprendió lo estricto con los horarios. La hora fijada era de 20:00 a 22:00 hs. Exactamente cinco minutos después del horario establecido como inicio del evento, se cerraron las puertas de entrada. Faltando diez minutos para las 22:00 horas los anfitriones se acercaron a la puerta para despedir a los invitados que, en fila, Saludaban y se retiraban.
   Al salir de la residencia comenté con otra persona sobre las rígidas costumbres practicadas por estos representantes diplomáticos y que lindo sería aprender de ellos y adoptar estas buenas costumbres, por lo menos de llegar a hora en los acontecimientos y compromisos, a lo que me contestó que sería imposible porque dentro de nuestra cultura esta la famosa HORA PARAGUAYA.
   Pero, extrañamente para esta recepción ofrecida por los orientales, todos los invitados llegaron a hora y se despidieron también a hora.
   En otra ocasión, dialogando con un grupo de colegas docentes comentamos sobre lo difícil que resulta para nuestro país el despegue de las empresas locales. Comparándonos con Chile... lo lejos que estamos. A lo cual uno del grupo agregó: “Mientras los chilenos se proyectan en el ámbito internacional, nosotros todavía no superamos uno de los principios básicos: LA PUNTUALIDAD”.
   Que gran verdad!!! Empezamos con un gol en contra, buscamos originales excusas y  pidiendo disculpas pero... ya comenzamos con el pié izquierdo. Ahora, preguntémonos: ¿Estamos en condiciones de exigir atención, consideración, respeto y participación cuando nosotros mismos pateamos en contra?
   Es el momento en que LA FAMOSA HORA PARGAUAYA NO NOS CAUSE RISA. Mas bien tomémosla como algo equivocado y contraproducente en todo sentido para nosotros y para los que nos rodean.

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