domingo, 26 de abril de 2015

El libro “Las trampas del deseo” de Dan Ariely; y, su relación con el Comportamiento Organizacional

*Inés Armoa


El efecto señuelo

“Todo es relativo, y en esa relatividad, un señuelo con forma de pez siempre podrá parecernos mejor que un pez real que nade a su lado”
Generalmente  sucede que las perspectivas y paradigmas que tenemos en la organización están establecidas, debido a los años de experiencia de la empresa y el trayecto e historia de cada una se va formando inclusive la manera de ver las necesidades de cada miembro de la organización a tal punto que en muchos casos, los resultados o soluciones  a cada planteamiento están a la vista, de una manera no convencional, o tal vez no como lo haría la competencia, por lo tanto debido a lo que está “correcta y estandarizadamente” establecido tomamos como medio de solución esas, por no querer correr riesgos o romper modelos, sin tener en cuenta que es una manera de no avanzar, provocando que todos los miembros queden estancados en sus respectivas zonas de confort. Es importante ver más allá de lo que está establecido, tal vez sea la única manera de encontrar nuevas soluciones.


El efecto anclaje

“No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”
Tomar decisiones basadas en lo que los demás esperan de nosotros, como individuo parte de la organización o como organización misma es una constante, la perspectiva que se tiene como organización de la aprobación de los demás tanto competidores como consumidores es bastante importante y la aceptación define la continuidad de la empresa, en todos los ámbitos también podemos tener un efecto anclaje, aquel modelo tal vez que ha sido productivo pero que ya no lo es actualmente, que limita el crecimiento organizacional. Los patrones mentales y paradigmas tenidos en cuenta como ancla determinan el desempeño que pueda darse en la institución o de manera individual, reflejando comportamientos en la organización, rompiendo modelos antiguos, creando nuevos y cambiando paradigmas o de lo contrario fortaleciendo las anteriores.


El efecto placebo y las expectativas- Fetichismo y el efecto IKEA

“Nuestra irracionalidad le abre la vía al efecto placebo”
Tenemos la idea de que aquello que nos cuesta más conseguir tiene más valor, y es por ellos que aquello que se consigue con más sacrificios pesa de una manera distinta, el paradigma nos dice que aquello que cuesta más dinero conseguir tiene mayor valor o causa mejores resultados, siendo a veces, nosotros mismos como individuo u organización, victimas de aquello que nos ofrece el mercado, obviando que tal vez seamos parte de ello, sin considerar los fines reales de la existencia de la misma. Cada tarea emprendida corre riesgos importantes y requiere grandes sacrificios para obtener el resultado esperado, tal es así que muchas veces con el afán de conseguir resultados se utilizan diversos medios, preestablecidos, que limitan el desarrollo de la inteligencia o la destreza de cada uno. En condiciones de presión, tal vez los individuos no seamos muy racionales, lo que hace a la empresa tal vez tomar decisiones incorrectas. Es importante analizar la relación costo- beneficio en cada caso, sin salir de lo correcto, buscando innovar pero sin olvidar que en la mayoría de los casos debemos actuar de manera racional y sin presiones externas, tratando de evitar autoritarismos, que darán mejores resultados en la organización.


Normas sociales y efecto precio-cero

Tal vez el ser humano, en muchos casos más que salarios elevados necesiten ser reconocidos y considerados como miembro de la empresa, demostrando de esta manera que a pesar de los avances, el hombre no ha dejado de ser importante, ni se ha convertido en un ser aislado, a pesar de los avances tecnológicos, que nos reemplazan diariamente.


Cada miembro de la organización y en cualquier ámbito de la vida, necesita ser considerado parte importante, capaz de ser útil al entorno, tal vez en muchos casos sin necesidad de una remuneración, sería lo mismo considerar aquellas empresas en las que los salarios tal vez en muchos casos no son lo suficientemente interesantes, pero con el correr de los años, los individuos se van sintiendo parte de ellas, y de igual manera entregan todo de sí para salir adelante. Demostrando así que el reconocimiento de sí en la vida es más importante, a largo plazo, que cualquier beneficio económico que se pudiera conseguir. Muchas Gracias Inés!!!  (*actualmente esta cursando la Maestría en Administración de Negocios en la UNAE)

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