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jueves, 16 de mayo de 2013

Empresa y Cambio

*Cristina Buss

La  sobrevivencia y  prosperidad de las empresas en estos años requiere de una permanente adopción del cambio. En este turbulento entorno de predecir, de ser crecientemente competitivo y exigente, la adaptación al contexto y al esfuerzo por mejorar la empresa se llama cambio, cuando se enfatiza en la profundidad de ese cambio se llama transformación.

El cambio tiene diferentes caras, puede ser accidental es decir no previsto o deliberado, planeado, intencional. Su magnitud puede ser pequeña o grande. Puede incidir en algunos o varios elementos de la empresa como parcial o total. Puede ser veloz, abrupto, drástico, revolucionario o lento, evolutivo. La nueva posición de las cosas puede tener una naturaleza significativamente diferente o la nueva posición puede tener la misma naturaleza con nuevos aspectos de cambio menor o incremental. Puede ser forzado por circunstancias del entorno o voluntario a través de decisiones propias.

Con el cambio de estrategia se piensa que no hay cambio significativo si no se revisa la orientación de los objetivos como la mejora de valor para los dueños, creación, migración y restructuración del valor; ventajas competitivas y reposicionamiento o coevolución.


Con el cambio de estructura se piensa que no hay cambio significativo sin un cambio importante en la estructura como reestructuración destrucción creativa; reingeniería; innovación en los procesos; desarrollo organizacional.

Con nuevas estructuras empresariales y un nuevo tipo de gestión que hace que las empresas no necesiten programas de ajuste en forma periódica, estructuras que se adaptan a los cambios como la organización que aprende; la empresa virtual; la organización horizontal; la organización sin centro; la empresa perdurable.

Con programas de mejora con diferentes objetivos de cambio como reducción de costos; análisis del valor; mejora de productividad; incremento de ganancias; reingeniería; mejoramiento continuo, la empresa tiene que adaptarse al entorno y enfrentar a la creciente presión de sus competidores actuales y potenciales, locales y extranjeros.

En el cambio habría dos situaciones extremas el cambio continuo (cambio progresivo en la empresa competitiva, son cambios de magnitud pequeña, parcial, lento) y discontinuo (cambio en la empresa en crisis, son cambios de gran magnitud forzados, drásticos, es más apropiado usar la palabra transformación)

Analizando las dos formas de cambio se puede ver en nuestro entorno inmediato que las empresas mejor posicionadas son las que han interiorizado  y adaptado el cambio continuo como el camino hacia la competitividad y la mejora continua en sus productos o servicios.
Las empresas que no han sabido adaptarse a los cambios hoy las vemos igual que hace 5, 10 o 15 años atras, sin mayores cambios  y estancados en gerenciamiento que necesariamente requieren de un cambio discontinuo, forzados, para que logren una transformación de sus objetivos y que se orienten al cambio que generará más beneficios para los dueños, empleados y la sociedad en la que se desenvuelve. (Gracias Cristina!)
*Actualmente cursa la Maestría en Administración de Negocios en la UNAE.

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