viernes, 12 de octubre de 2012

De Paraguay al Mundo


*Stella Balletbo
Cuando digo del Paraguay al mundo, me estoy refiriendo a la exportación, que es él envió de bienes y servicios al mercado mundial. El Paraguay es un país noble y una de sus principales características son sus suelos fértiles, con abundantes recursos naturales, además de sus productores orientados a aumentar su competitividad exportadora.

Hoy en día se han sumado nuevos productos de exportación como las motocicletas, manufacturas de plástico, prendas de vestir artesanales, frutas, lácteos, hortalizas; que se suman a los ya tradicionales como la madera, el algodón y la carne. Cada producto y mercado, debe contar con la información necesaria y las estrategias adecuadas para estar preparados, requisito imprescindible para que una empresa nacional logre crecer más allá de sus fronteras.

El 11 de octubre se celebra el día de la yerba mate, producto nacional de exportación, la yerba paraguaya como se lo conoce, o yerba mate de los jesuitas; originaria de las cuencas del Alto  Paraná, Alto Uruguay y algunos afluentes del Río Paraguay donde crece en estado silvestre, sobre todo formando parte del sotobosque o del estrato mediano de los montes. De las hojas y ramas, secas y molidas de esta se prepara el mate, una infusión común en la gastronomía de Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile. Hay tres formas básicas de consumir la yerba mate, que reciben distintos nombres:
La forma más común es el mate, una infusión que se prepara en un recipiente, si el recipiente es de la variante de boca ancha se le llama "porongo", en donde se vierte agua entre 75 y 82 grados de temperatura, que se succiona por medio de una bombilla.

El tereré es similar al mate, pero se lo prepara con agua natural o bien fría. El mate cocido es una infusión, para prepararlo; primero se hierve la yerba mate en agua, y posteriormente se cuela y se sirve en una taza,  ha sido en gran parte desplazada por el mate cocido preparado en bolsitas, similares a las del té común. El mate cocido fue conocido como té de los jesuitas o té paraguayo. La yerba fue consumida desde tiempo inmemorial por los pueblos guaraníes guaycurúes, que recogían las hojas de ka´a en la selva, donde crecía en forma silvestre. Inicialmente las mascaban, luego las prepararon en infusión.

Iniciado el período de dominación hispano-portuguesa en América del Sur, la costumbre de beber la infusión fue extendiéndose. Hacia fines del siglo XVI y comienzos del XVII, los españoles consideraron al mate como un vicio peligroso. En abril de 1595, el teniente gobernador de Asunción, Juan Caballero Bazán, prohíbe el tránsito por los yerbales y el cultivo.
Con la llegada de la Compañía de Jesús al Paraguay a principios del 1600 y hasta 1630, se prohíben el consumo de mate y la exportación de la yerba. Pero la prohibición del consumo sólo sirvió para atraer la curiosidad de los conquistadores. Hacia 1600 se consumían en Asunción cerca de 500 kilos de yerba al día. En 1611 Marín Negrón, gobernador de Asunción, impone penas para los que fueran sorprendidos “en posesión de yerbas”: cien latigazos si el infractor era indígena, cien pesos de multa si era español.

Finalmente, el cultivo fue autorizado a los jesuitas, que lo monopolizaron hasta que fueron expulsados en 1767. Los jesuitas lograron domesticar la planta, mediante técnicas de secado de la semilla, lo que permitió extender las plantaciones al punto que la venta de yerba mate se convirtió en la principal fuente de ingresos de las “reducciones”.

Hoy en día, la yerba mate, es ampliamente cultivada. Según la FAO, Brasil es el mayor productor de yerba del mundo, con 434.727 toneladas (53%), seguido por Argentina con 300.000 toneladas (37%) y Paraguay con 76.663 toneladas (10%). España y Bolivia son los países que más demandan yerba paraguaya. El sector yerbatero mantiene un crecimiento constante en cuanto a producción y superficie cultivada, si hablamos de las grandes industrias. Sin embargo, pequeños y medianos productores deben hacer varios ajustes para evolucionar conforme a las nuevas exigencias del mercado.

Una característica de las empresas yerbateras es que, en su mayoría, son de capital paraguayo o corporativos paraguayos. Es, además, uno de los pocos rubros en el que se hace toda la cadena productiva dentro del país. Se exporta muy poco porque casi todo es producto terminado queda el mercado local.    
El negocio de la yerba mate fue cambiando y evolucionando. No solo han mejorado los envases, ya que la mezcla con otras materias primas, como el caso de las hierbas medicinales, han derivado en una serie de nuevos productos.

Dos rubros de renta complementarios deberían estar en toda finca yerbatera: la producción de leña y el cultivo de hierbas medicinales, producidas también con buenas prácticas agrícolas. Estas,  al igual que la yerba, tienen mucho potencial para el mercado externo.

Hoy nos encontramos ante un mercado globalizado, que nos hace multiplicar los esfuerzos para poder ser competitivos en el mercado externo. Ya no alcanza con tener un buen producto o un buen precio, sino que debemos fabricar lo que el mercado pide y consume; es decir adaptar nuestro producto a la demanda y no la demanda a nuestro producto.

En el comercio exterior, no hay resultados milagrosos ni casuales. El proceso en sí suele ser prolongado y es necesario establecer una estrategia seria en la que puedan determinarse los pasos a seguir, analizando los resultados y efectuar los cambios que el proceso pueda determinar. (Muchas Gracias Stella!)
*Actualmente se encuentra cursando la Maestría en Administración de Negocios en la UNAE.

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