viernes, 20 de enero de 2012

Hablemos de Liderazgo

Por Cecilia Giménez
   Muchas veces se habla del buen líder, del mesías de la empresa, el que todo los sabe y todo lo soluciona, pero existe realmente ese “gran líder”? otra de las grandes preguntas que se suele hacer es si el líder nace o se hace.

    Para intentar responder alguna de esas interrogantes primeramente debemos entender que existen diferentes  tipos de liderazgos según el punto de vista de donde lo miremos:
 • El liderazgo como rasgo de personalidad, teoría del gran hombre: cuya teoría nos habla de que el individuo nace como un líder, con características que inducen a otras personas a seguirles aunque esto no es suficiente para decir que la persona sea un buen líder.
 • El liderazgo como conducta Teoría de la malla gerencial, lo cual nos dice que existen dos dimensiones de gran importancia para la consecución de un liderazgo efectivo establecida en función de la conducta del líder y se basan en los siguientes intereses: Interés por la producción  e  Interés por las personas, este ya mas abocado a los intereses de una organización y de su progreso y éxito dentro del mercado.
 • El liderazgo desde un enfoque humanista, la gente es por naturaleza perezosa y hay que motivarla con incentivos externos. Los empleados se mueven más por sus sentimientos que por razones. La responsabilidad de los jefes consiste en planificar, organizar, motivar y controlar de principio a fin las actividades laborales. Se espera que el empleado obedezca las órdenes independientemente de sus características personales.
 • El liderazgo desde un enfoque situacional, según esta teoría no tiene demasiado sentido preguntarse cómo es un líder, si no se tiene en cuenta de quién es líder, qué actividad lidera y dónde es líder.
   En fin no importa qué tipo de líder tengamos en nuestra organización, lo importante es que este debe buscar  el equilibrio entre las necesidades individuales y las necesidades organizativas. Pero si realmente deseamos un buen líder en nuestra organización para que la misma siga adelante y no se caiga en el primer tropiezo al día siguiente; este líder debe tener algunos componentes básicos como la influencia, poder, relación individuo-grupo y lo más importante un objetivo concreto.
   Otras características o factores que inciden para la elección de un buen líder; aclarando que siempre buscamos su buen desempeño en su función, son: la personalidad, las expectativas que tiene, cultura de la empresa y las exigencias de la tarea.
   Creo que con estos breves pero válidos detalles estamos preparados para distinguir cuando tengamos frente a nosotros a una persona que con la capacidad suficiente de ser un buen líder, ah... un pequeño anexo: como dijo la reina Isabel “la mejor estrategia de un líder es rodearse de personas inteligentes y ser abiertos a todo tipo de teorías”. (Muchas Gracias Cecilia)

jueves, 19 de enero de 2012

Qué Quiere el Cliente?

Por Cynthia Díaz


   En gran parte de mi vida me dediqué a la actividad comercial, en mi casa contamos con una pequeña despensa y; desde hace algún tiempo, he estado investigando sobre las circunstancias que influyen en las personas para la compra de los productos.

   Esto me llevó a prestar una especial atención al trato que se debe dar a los clientes. Fue allí que comprendí que la envergadura del negocio y el contexto en donde se desarrollan tienen su peso; pero, existen otros aspectos internos del individuo que por lo general no son considerados importantes.

   Al saber ofrecer los productos disponibles y contar con calidad en el servicio, por ejemplo, en un clima como el actual para nuestra región (calurosa); si se cuenta con bebidas frías, hielo en cantidad y un ambiente agradable, inclusive con música acorde al momento, son complementos adecuados para generar ese algo que marca la diferencia; pero sigue siendo el tipo de atención que se brinda el elemento diferenciador que vuelve único a nuestro negocio.

   En otras palabras, el comerciante debe estudiar a su cliente; los gustos y posibilidades, para así saber ofrecer lo que se dispone y que de una u otra forma ayude a cubrir esa necesidad. (Muchas Gracias Cynthia)

martes, 17 de enero de 2012

Mirar Vs. Observar





   En mi ciudad existen varios lugares en donde preparan y venden lomitos árabes. Siendo un fanático del mismo, me llamó la atención la presentación de esta comida de un local en especial, diferente al tradicional, bastante compacto como para que no se desarme ni chorree al saborear el mismo; cosa que normalmente ocurría cuando compraba de otros  lugares. 

   Cierta vez me decidí a investigar más sobre el proceso de elaboración en dos tradicionales locales, por lo que me puse a observar detenidamente los pasos que seguían los encargados especialistas en el rubro (léase: preparación del lomito árabe), y que grande fue mi sorpresa al constatar que las técnicas utilizadas diferían abismalmente. Mientras uno lo hacía en forma apurada, con una metodología y secuencia dispar, desordenada; y, al mismo tiempo.... se comunicaba a los gritos con sus compañeros de trabajo. El otro, en cambio parecía utilizar sus cinco sentidos en la elaboración, con una técnica depurada; me imagino basándose en la experiencia, comentarios y críticas de los consumidores de dicho producto.

   Imagínense, mediante el lomito árabe pude corroborar la importancia del observar; pues, aprendí a diferenciar en forma objetiva las habilidades y destrezas utilizadas por los cocineros de uno y otro local.

   Ahora, muchos se preguntaran: ¿En qué me beneficiaría a mí, que no me dedico a ese oficio, el saber cómo preparan el lomito árabe?   La respuesta es sencilla, voy desarrollando mi capacidad de observar y no solamente mirar y... cuando la ocasión lo requiera, estaré preparado para no perderme los detalles que a la mayoría le pasan desapercibido. El mirar y observar son palabras parecidas, pero difieren en profundidad..

   Normalmente miramos sin dar importancia a las pequeñas cosas por ser  comunes o “insignificantes” y.... nos olvidamos que por más pequeñas que estas sean: “SIGUEN SIENDO DIFERENCIAS”.

   El ojo clínico del observador es más minucioso y crítico del que mira sin dar mucha importancia, o simplemente: "mira sin mirar".

   Juguemos a ser Sherlock Holmes, cuando vayan a una reunión o restaurante observen a una o más personas que no conocen y establezcan su estado de ánimo, a que se dedican, sus gustos e inclusive sus posibles nombres. Una práctica interesante que.... en su momento nos ayudará a desarrollar nuestro poder de observación.

TENDENCIAS DEL TALENTO HUMANO

  El campo de la gestión del talento humano está experimentando una transformación sin precedentes. Factores como la digitalización, la glob...