Dicen: “Si quieres que algo se
haga de la manera correcta, hazlo tú mismo”,
pero en una empresa en donde las actividades a realizarse superan la
capacidad de una sola persona ¿Cómo puedo lograrlo?
Es una pregunta interesante.
Pues bien... una buena solución sería concienciar a todos los funcionarios de
los beneficios que acarrearía la optimización de todos los recursos para los
clientes, para la empresa y para ellos mismos.
El crecimiento de la empresa
es fruto de la calidad ofrecida a los clientes y es por eso que la empresa
motiva, valora, reconoce y premia a sus funcionarios, no solo en metálico, sino
también con elogios, privilegios y ascensos.
Como un director de orquesta,
el administrador debe saber sensibilizar a sus subordinados a adoptar
principios de Calidad en los bienes y servicios que ofrece.
La Calidad es un hábito, un
buen hábito de brindar en todo momento lo mejor de sí al cliente, con
eficiencia, distinción y respeto.
Si bien es cierto vender
Calidad tiene su costo y exige perseverar para ver sus frutos, es igual al
diamante, aunque se encuentre entre el carbón sigue brillando. La calidad fortalece
y vuelve competitiva a cualquier empresa sin importar el tamaño de la misma.
Actualmente la mayoría de las
organizaciones ven con muy buenos resultados el vender Calidad. Si una persona
vende Calidad, una empresa vende Calidad y un país vende Calidad paulatinamente
va a levantar el nivel de los mismos.
Sin lugar a dudas “LA CALIDAD
ES UN ESTILO DE VIDA”.-
Comentarios
Publicar un comentario