*David
Lovatti
Como bien sabemos, el comportamiento organizacional
representa a la actuación de las personas individuales, las grupales y las
estructurales en el mejoramiento de la organización, buscando siempre la
eficacia.
Para la obtención de la eficacia en una organización
resulta sumamente importante la motivación, debemos tener en cuenta que una
persona no desenvuelve el 100% de su capacidad en pos de la firma o de las
metas si no percibe una motivación, sea esta tangible (monetaria) o intangible
(trato, relacionamiento, etc.).
La decisión de optar por una alternativa ante varias y
que esta sea la correcta, representa un papel fundamental para la organización,
de ella puede depender el progreso de la organización.
Tanto la motivación como la toma de decisiones están
entrelazadas, sus correctas ejecuciones darán un apunte escalonado en la
organización, desde lo individual, a lo grupal y estructural.
Dan Ariely; en su libro denominado “Las trampas del
deseo”, nos habla del porque de estos dos factores (motivación y toma de
decisiones) no siempre son lógicos y racionales, por más que estemos seguro de
que es lo contrario. En sus apartados nos hace entender cuan irracionales nos
comportamos en distintas situaciones, una y otra vez, siempre cayendo en lo
mismo, ajeno a que estemos a conocimiento de ello.
Estos capítulos están identificados en lo siguiente:
1.
El efecto señuelo.
2.
El efecto anclaje.
3.
El efecto placebo y las expectativas.
4.
Normas sociales y efecto precio-cero.
5.
La emoción y la desidia.
6.
Fetichismo y efecto IKEA.
En una organización, la estimulación y la selección se
realiza ante varias posibles alternativas, determinadas comparaciones que hagan
la toma de decisiones más fáciles y rápidas. El factor tiempo desempeña un
papel fundamental. El efecto señuelo connota que para cualquier iniciativa de
la organización en pos de buscar su buen desenvolvimiento, de todas las
alternativas que se cuenten, siempre se optará por aquella “más fácil” de entre
las mejores, aquella que no sea tan esforzado.
Decisiones las tomamos a diario, en nuestro cotidiano
desenvolvimiento, ahora tratamos sobre decisiones en nuestra organización. En
el efecto anclaje, nos dice que las decisiones organizacionales primeramente
deben de llegarnos con certeza a nosotros mismos, convencernos de ellos y
aferrarnos al mismo.
Muchas veces estas son erróneas y aún así seguimos con
las mismas. Hay que buscar la lógica y la coherencia para nuestros actos y
crear un ambiente acorde a lo que se busca.
Siendo humanos, la racionalidad debería reinar en
nuestros actos, no obstante, estamos sujetos a actuar conforme a expectativas o
creencias psicológicas. Si una metodología de motivación, por más eficaz que
haya sido en otras organizaciones similares a la nuestra, si no somos positivos
o no lo consideramos aplicable a nuestra organización la misma fracasará por
más efectiva que sea. Somos nosotros mismos quienes ponemos trabas a nuestras
decisiones, la duda y el miedo al fracaso nos llevan a eso.
El relacionamiento de las personas y su comportamiento
afecta directamente a la organización, el decidir sobre actuaciones que busquen
obtener el mayor rendimiento no siempre se limita en lo económico como base o
sustento, sino también, tiene un papel fundamental el rol social. Un
funcionario puede rendirte más de lo común gracias a una motivación económica y
gracias a ello llegar a las metas propuestas, pero así también, otro
funcionario puede rendirte más sin que se le dé una motivación económica,
solamente por ser su norma social, esa norma que le dice que debe rendir lo
máximo para que su empresa crezca y seguir ella trabajando en la misma.
El actuar del segundo funcionario mencionado en el
párrafo anterior, se relaciona directamente también con sus emociones, pues, si
llega a sus metas, la firma crece y con ello el funcionario también, se siente
satisfecho y útil.
Tomar decisiones implica imponer actuaciones, es por ello
que se fijan metas, el cumplimiento de las mismas por parte del funcionario
individual, del grupal, de la organización, trae consigo beneficios si es que
se llegan a las metas propuestas y si no, repercute en la organización
negativamente. Imponer criterios es considerado una muy buena herramienta con
relación a dejar que los trabajos sean realizados a libre disposición, esta
imposición suele fijarse en relación al tiempo. El hombre trabaja a presión.
Para una organización y sus componentes, el cumplimiento
de metas propuestas, más aún aquellas esforzadas, representa un sentimiento de
compromiso, es decir, si el funcionario con mucho sacrificio ha acabado su
labor y gracias a esto la organización ha tomado repunte, le toma sentido de
pertenencia, se siente a gusto de formar parte de ella y siento como que es
suyo, cuidándola de que siga por el mismo camino.
Muchas Gracias David!!! (*actualmente está cursando loa Maestría en Administración de Negocios en la UNAE)
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