Desde la creación de una empresa o, la ampliación de la misma, el
propietario y/o administrador se encuentra con la necesidad de incorporar
personas que desempeñen funciones dentro de ella.
En principio no se le daba la
importancia debida al personal de las empresas pues, más bien eran considerados
como un apéndice de la máquina o simplemente un elemento que podía reemplazarse
en cualquier momento.
Con los estudios
realizados por el norteamericano Elton Mayo, su grupo de colaboradores y la
famosa experiencia de la fábrica de HAWTHORNE, las empresas y organizaciones
dieron mayor importancia a las personas, a sus empleados. Pasaron así a tener
en cuenta sus necesidades primarias, de seguridad y sociales, ya que ellas
influían enormemente en su rendimiento.
Las opiniones de
los sociólogos y sicólogos empezaron a tener mucho peso para los dueños de
grandes empresas industriales primero, y luego se fue extendiendo a la mayoría
de las organizaciones.
Actualmente ya nadie duda de la
importancia y el papel preponderante del factor humano para que toda empresa
consiga la tan ansiada “EFICIENCIA Y EFICACIA” en sus labores,
que a la larga beneficia al propietario (mayor venta, mayores ingresos), a
los empleados (venta constante, trabajo asegurado) y al cliente (satisfecho con
los bienes y servicios adquiridos, volviendo al mismo lugar a comprar).
Todo buen
administrador maneja seis variables internas (tarea, estructura, personas,
ambiente y tecnología) pero, aún teniendo bien especificada la tarea, una
estructura organizativa excelente, armonía en el ambiente interno y externo, y
tecnología de punta no puede casarse con el éxito si no cuenta con un plantel
humano acorde a las necesidades de la misma.
A pesar de los
adelantos tecnológicos, que avanza de manera sorprendente sin conocer pausa
alguna, siempre va a ser falta la persona que apriete el botón para poner en
funcionamiento toda esa infraestructura.
Pero no todo está a
favor de las personas, pues esta se encuentra obligada a adquirir más
conocimientos para así pretender un lugar dentro de las organizaciones. La
competitividad es más agresiva, aumentando las exigencias, tanto a las organizaciones
como a los integrantes de las mismas.
El especial cuidado
que se pone en la selección, evaluación y formación de los empleados, es un
boomerang positivo a favor de aquellas empresas que invierten el tiempo y
dinero necesarios para estudiar metodologías que conjuguen el puesto y la
persona con el perfil adecuado, todo esto con el objetivo de lograr un óptimo
rendimiento.
Hoy día, el FACTOR
HUMANO marca la diferencia entre las empresas, ésta actúa como un imán
con los clientes, ATRAE O REPELE A LOS MISMOS.
No olvidemos que,
si un cliente se encuentra a gusto, bien atendido y satisfecho; es la mejor
publicidad que podemos tener para nuestra empresa.
“Un buen gerente es
la persona que no se preocupa por su carrera sino por las carreras de las
personas que trabajan para él. Mi consejo es: NO TE PREOCUPES DE TI
MISMO, PREOCÚPATE DE LOS QUE TRABAJAN PARA TI Y SUS LOGROS TE LLEVARAN A LA
GRANDEZA” palabras de H. S. M. Burns (1.900 – 1.971) Presidente de la
Shell Oil. Co.
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