Es un refrán que no sé quien lo dijo ni donde lo escuché o leí por primera vez pero, estas tres palabras dicen una gran verdad.
Al escuchar este refrán lo primero que nos imaginamos es que tenemos una escalera en frente y... en ella debemos subirnos en forma pausada sin pegar zancadas para duplicar los escalones al subir.
En el caso de un administrador esto se
complica sencilla y llanamente porque la escalera no existe. Contamos con los
elementos y la habilidad personal para su construcción. Es la función del
administrador crear la escalera, y esta puede ser de piedras, granito, mármol,
madera etc.
A medida que avanzamos en esta
construcción la presión es mayor para la base, y si esta no tiene buenos
cimientos cuanto más alto estamos más aparatosa será la caída.
El empeño que pongamos en esta construcción,
con un trabajo metódico y disciplinado, las posibilidades de alcanzar nuestras
metas se vuelven mas reales, dejando de ser solamente un sueño lejano.
Cada peldaño fabricado ayuda al
crecimiento no solo laboral, sino también a un crecimiento personal. Igual que
la CICOLLA, gigantesco árbol del Canadá, que comenzó siendo una plantita como
cualquier otra.
A pesar de la rapidez con que se vive en
estos tiempos, esta es una regla infranqueable sin sufrir sus posteriores
consecuencias. Por mas que estemos motivados y con la capacidad de cambiar al
mundo, debemos saber canalizar esta energía quemando las etapas básicas que
cualquier actividad requiere.
“HAZ LO QUE PUEDAS, CON LO QUE TENGAS, ESTES
DONDE ESTES” (Theodore Reoosevelt).
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