*Liliana Gauto
Hoy día se valora los recursos naturales tanto como los industriales
al punto de conseguir una mayor explotación de los mismos, dentro de los cuales
se ubica la esponja vegetal, artículo ecológico que se cultiva en un lapso de
apenas seis meses, con el que se consigue materia prima barata y reciclable
para decenas de emprendimientos comerciales.
De los beneficios que aporta la esponja vegetal podemos destacar la
estimulación de la circulación sanguínea y en el comercio se pueden encontrar
manoplas de tela y esponja, plantillas para calzados, alfombras, almohadillas,
cubre asientos para vehículos, relleno para colchones, sombreros de playa,
canastos, de las semillas se extrae un aceite de alta calidad, comparable al
aceite de oliva, mientras del tallo y las hojas tienen diversos usos
medicinales.
Con una pequeña producción se puede abastecer un mercado local de
amigos y vecinos; el costo de la materia prima es casi nulo y el proceso de
fabricación muy sencillo y de baja inversión.
Es un producto que prefiere temperaturas elevadas, aunque también se
adapta a climas templados, de fácil manejo, no perecedero lo que facilita su
manipulación y almacenamiento, las características de su fibra, elasticidad,
resistencia y maleabilidad permiten desarrollar diferentes productos, tanto
artesanales como de uso industrial.
Las esponjas al igual que la producción apícola no requieren de mucho
espacio, pueden ubicarse cerca del hogar, las semillas se consiguen entre
vecinos y pueden ser utilizadas de un ciclo a otro, no implica insumos costosos
ni agroquímicos; genera una actividad complementaria a las ya existentes, no
compite con otros cultivos en finca. Dado su fácil manejo, se trata de un
cultivo más intensivo en cuidados.
Hoy día se tiene la mejor calidad de esponjas en Paraguay en cuanto a
fibra y tamaño, anteriormente se vendían esponjas enteras sin transformar,
envasadas y etiquetadas por tamaño, los primeros clientes fueron las farmacias
en la ciudad de Asunción, en los últimos tiempos hubo mayor demanda por
productos elaborados. Se cuenta con la infraestructura mínima, pero aún así se
genera empleo para jóvenes a nivel de microempresas. Unas 170 familias están
involucradas en el plan de producción, si la demanda mejora y se diversifica se
tendrá que medir la conveniencia o no de combinar venta de materia prima en
gran escala al mejora comprador y productos procesados en menor escala a varios
compradores.
Se conoce y se valora más las virtudes de las esponjas pero el mercado
local es pequeño. Está muy lejos de llegar a satisfacer la demanda externa, muy
condicionada por las cuotas exigidas
para realizar operaciones de gran envergadura y sin intermediación local.
También se requieren de recursos y de una estrategia de marketing para
identificar clientes confiables y relaciones de intercambio ventajosas. Por el
momento se impone el circulo vicioso, poca producción para exportar, mercado
local fragmentado y poco propicio para productos ecológicos sin un buen
marketing. (Muchas Gracias LIliana!)
*Actualmente cursa la Maestría en Administración de Negocios en la UNAE.
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